Aunque este no es un lugar para contar mis batallitas como atleta, en ocasiones hago pequeñas excepciones. Cosas de los blogs personales.
Creo que la ocasión lo merece, ya que el pasado 2015 lo cerré haciendo lo que todo corredor sueña: ganar una San Silvestre. Obviamente no vencí una prueba de tanto nivel como la conocidísima San Silvestre Vallecana, pero me impuse en la de mi pueblo. Algo muy especial para mi teniendo en cuenta que llevo en torno a 25 años cerrando el año disputando la prueba.
Multitudinaria a su nivel gracias a los más de 2.000 participantes que se pusieron el dorsal para despedir 2015 corriendo. Caótica también por la estrechez de la salida y las tapones de corredores doblados que me obligaron a tener que pararme en el tramo final a pesar de ir acompañado por la moto que abría carrera.
En este blog pueden encontrarse datos que demuestran la importancia que esta prueba tiene para mi. Por ejemplo cuando hacía públicos a través de este blog mis objetivos personales para cada año en 2010 entre ellos estaba clasificarme en la prueba entre los 15 primeros. No lo conseguí.
Otra muestra. Cuando gané mi primera Vuelta a la Mejana en 2014 reconocí que a mi entorno les había comentado que ganar una de las principales carreras de Tudela era mi máxima ilusión. Con la victoria en la Mejana creí haber alcanzado mi techo. Pero en 2015 he podido vencer en las 3. Primero repetí triunfo en la Vuelta a la Mejana, hace mes y medio vencí Amimet y finalmente la tarde de Noche Vieja me impuse en la San Silvestre Tudelana. Si me lo hubieran dicho hace no tanto no me lo hubiera creído.
El objetivo de este post no es hinchar mi ego. Simplemente quiero reflexionar sobre lo conseguido a través de la escritura. Porque muchas veces vamos (voy) por la vida demasiado deprisa y no nos paramos (me paro) a saborear las pequeñas victorias.
Pero siempre sin olvidar que la vida sube y baja. A todos los niveles. En el atletismo ahora estoy arriba pero llegarán periodos de mayor zozobra. Entonces será el momento de no bajar los brazos y seguir en la lucha. Y esperar que vuelva a soplar el viento a favor.
Mi sueño como corredor era ganar una popular en mi pueblo. He ganado las 3 que llevan décadas celebrándose, las que corría de pequeño cuando ni me planteaba formar parte de un club de atletismo.
Creo que me he ganado parar un momento a saborearlo. Porque detrás de estas victorias hay mucho trabajo (de los 365 días de 2015 entrené 317). Y mucho apoyo de mi entorno. La paciencia de mi novia para aguantar que no puedo salir el sábado por la noche porque al día siguiente compito o tengo que entrenar fuerte, la de mis padres cuando estoy en su casa para adaptarse a comer pronto porque por la tarde quiero entrenar con luz solar, la de mis amigos que me llevan a competir en pruebas que muchas veces salen mal o la de el club al que llevo 3 años perteneciendo que siempre me ha tratado genial.
Como dije que en mi post anterior sobre correr, el esfuerzo (mío y de mi entorno) ha tenido recompensa.
Pero tampoco es momento de caer en la autocomplacencia. Los campeonatos navarros de campo a través ya están casi aquí, y desde agosto son el principal objetivo de mi campaña invernal atlética. ¡Voy a por ellos con las pilas 100% cargadas tras este cierre de 2015 para el recuerdo!
Foto: Jose Miguel Elizondo Ostivar.
¡Enhorabuena! Realmente mereces celebrarlo tras todo el trabajo hecho.
¿Sabes si hay alguien que haya conseguido el triplete tudelano (en el mismo año) con anterioridad?
Muchas gracias. 🙂
Lo de la triple victoria en el mismo año, me lo ha preguntado más gente, pero no lo se. Son carreras que llevan muchos años disputándose así que, aunque no es fácil, no me extrañaría que alguien lo hubiera conseguido antes.